Glenn Hughes sorprende con Chosen, un regreso que nadie esperaba. El legado de Glenn Hughes resurge con un disco de libertad y fuego
Estamos en el verano de 2025, en algún lugar entre los ecos de los viejos vinilos y el ruido digital que lo devora todo, y Glenn Hughes vuelve a aparecer como una voz que nunca se marchó. Su nuevo disco se llama Chosen, y no es un simple lanzamiento de catálogo, es la reafirmación de que aún tiene algo que decir. La primera canción que escribió lleva el mismo nombre, y desde esa palabra construyó un universo: elegido, libre, consciente de sí mismo. Hughes lo define con naturalidad: chosen es sinónimo de libre. Y al escucharlo, uno entiende que esa libertad de la que habla no es abstracta, sino la de un hombre que, tras haber sobrevivido a todas las modas, aún puede subirse al escenario y cantar como si el tiempo nunca hubiera pasado.
Origen: Glenn Hughes adelanta los detalles de su nuevo disco
El peso del silencio y la deuda con la música
Han pasado casi diez años desde que Glenn Hughes publicara su último trabajo en solitario. Él mismo lo confiesa: aquel disco de 2016 le parecía fantástico, pero no le gustó cómo se promocionó. Sentía que había quedado en deuda, no solo con la compañía discográfica, sino con la propia música. Entre tanto, su agenda se llenó de compromisos con Black Country Communion y con The Dead Daisies, dos aventuras que le robaron el calendario pero le mantuvieron vivo en el escenario.
Cuando finalmente recibió la llamada que le recordaba que aún debía otro disco, no lo tomó como una obligación. Lo asumió como una oportunidad para reafirmar que nunca hace dos veces lo mismo. Y ahí está la clave de su trayectoria: Hughes jamás se repite, aunque todos sepamos que su sello es inconfundible.
Copenhague como laboratorio de sonidos
La historia de Chosen comienza en febrero de un año reciente, cuando Hughes empezó a componer las primeras melodías. Cuatro meses después, ya estaba en Copenhague, encerrado en un estudio donde la ciudad danesa le ofrecía su silencio y su humedad nórdica. Allí, lejos de los clichés de Los Ángeles o Londres, dio forma a un disco que bebe tanto del hard rock clásico como de una introspección personal que lo hace distinto.
La canción que da título al disco nació de un impulso: una melodía simple que pedía ser repetida y una palabra, “chosen”, que se coló en cada estribillo hasta convertirse en eje central. Hughes asegura que la escribió pensando en el loco mundo en el que vivimos, donde la libertad parece un lujo. Y quizá por eso suena como un grito contenido: ser elegido, sí, pero sobre todo elegir uno mismo cómo vivir.
“La canción va sobre la libertad y sobre realizarse en este loco mundo en el que vivimos”, ha explicado.
El secreto de una voz que no envejece
Hay un misterio que obsesiona a sus seguidores: ¿cómo demonios mantiene intacta esa voz después de tantas décadas? Hughes lo explica con una franqueza casi infantil: duerme mucho, calienta antes de cada concierto y, sobre todo, ha dejado de temer a la nota equivocada. Ese detalle parece banal, pero es revelador. Antes se obsesionaba con alcanzar la altura perfecta; ahora, canta como quien respira, sin miedo, sin corrección excesiva, simplemente viviendo el momento.
Y ese “vivir el momento” es, probablemente, el combustible que mantiene su garganta tan viva. El rock está lleno de mitologías de excesos, pero en el caso de Hughes la mayor leyenda es su propia resistencia vocal. Quien lo ha visto en directo lo sabe: sigue modulando como si aún tuviera veinte años, pero con la profundidad de alguien que ya ha recorrido todas las habitaciones del laberinto.
Un disco de libertad en tiempos de ruido
La industria actual exige lanzamientos constantes, algoritmos satisfechos y un bombardeo incesante de sencillos descartables. Hughes, en cambio, entrega un álbum completo, un bloque sólido de canciones que dialogan entre sí. Chosen no quiere ser una lista de reproducción más, sino un viaje.
Él mismo lo reconoce: cada álbum suyo es distinto al anterior. Y aunque el rock no esté hoy en la cima de las listas, Hughes sigue convencido de que hay espacio para la autenticidad. El disco no es solo un ajuste de cuentas con su compañía, es una declaración de independencia artística.
“Nunca he hecho dos veces lo mismo”, afirma con esa seguridad de quien ha sobrevivido a todas las modas y sabe que lo suyo es otra cosa.
Ecos de legado y futuro incierto
La expectativa alrededor de Chosen no es menor. Cada regreso de Glenn Hughes genera el mismo murmullo: ¿será este el álbum que consolide de nuevo su estatus en solitario? ¿O será otro capítulo más en una carrera dispersa entre colaboraciones, proyectos paralelos y fugaces supergrupos?
Hay quien lo compara con un viejo gladiador que aún sube al coliseo con la espada en la mano, sabiendo que las gradas pueden estar medio vacías, pero que la pelea vale por sí misma. Y ahí está su fuerza: en la convicción de que todavía tiene algo nuevo que ofrecer.
Entre la tradición y el presente
En tiempos en que la música se devora en segundos, escuchar a Glenn Hughes hablar de melodías, de libertad y de naturalidad tiene algo de refrescante. Él no busca reinventar la rueda, pero tampoco se limita a repetir esquemas pasados. Quizá esa sea su verdadera virtud: mantenerse fiel a sí mismo sin convertirse en una caricatura.
Algunos críticos ya señalan que Chosen podría ser su disco más personal en años, una especie de autorretrato tardío donde la voz se convierte en narradora de un viaje de autoconocimiento. Otros, más escépticos, piensan que se trata de otro buen álbum de rock clásico que será celebrado por los fieles y olvidado por el resto. Pero en el fondo, ¿no es así como funcionan casi todas las grandes obras?
“El tiempo pasa, pero la voz de Glenn Hughes sigue sonando eterna”
Huellas culturales y frases que resuenan
Los títulos de canciones como Chosen evocan esa búsqueda de libertad que siempre ha estado presente en la música rock. Recordemos lo que decía Bob Dylan: “A man is a success if he gets up in the morning and goes to bed at night and in between does what he wants to do”. Esa es, al final, la definición de estar “elegido”: vivir de acuerdo con lo que uno decide.
También encaja con aquel refrán español tan sabio: “Quien canta, sus males espanta”. Glenn Hughes, al seguir cantando con esa naturalidad, parece confirmar que el secreto no está en el éxito comercial, sino en la capacidad de seguir disfrutando del acto de cantar.
La gran incógnita
El disco se publicará en septiembre y la expectación es real. El público quiere saber si Chosen traerá la habitual dosis de rock que Hughes acostumbra a entregar o si, esta vez, nos espera un viaje más introspectivo. Lo cierto es que su propia historia sugiere que siempre habrá un equilibrio entre ambos extremos: el rugido eléctrico y la confesión íntima.
La pregunta que queda en el aire es inevitable: en un mundo saturado de música instantánea, ¿será Glenn Hughes capaz de hacer que Chosen perdure más allá del ruido? ¿O será otro tesoro escondido para quienes todavía creen que el rock es algo más que entretenimiento de catálogo?
Porque si algo nos enseña Hughes, con su garganta intacta y su convicción, es que la verdadera libertad está en cantar sin miedo, aunque nadie más escuche.
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