Es cierto que el público francés ha conocido un amplio abanico de obras satíricas, desde “Le Roman du Rénart” pasando por “El Heptameron” de Rabelais, Margarita de Navarra, “Cartas de la Provincia” de Pascal, comedias de Molière, “El Characters” de La Bruyère, “Am Leisure sérieux et comiques” de Du Fresny, y otros.
La grandeza y la decadencia de los romanos
Este libro, publicado en 1734, se comprometió en un trabajo difícil pero interesante y ocupó muchos años de su vida.
Montesquieu estuvo de acuerdo en espíritu con las ideas de la antigua Roma, y la base de este esfuerzo fue una memoria presentada al Instituto de Burdeos, titulada “La política de los romanos en la religión”.
Ciertamente se basó en los historiadores, especialmente Plutarco y Tito Livio, pero en menor medida en Salustio y Suetonio, y lo que pudo leer sobre el derecho romano, que finalmente aprobó el Código de Napoleón, ha influido en el derecho moderno.
Pero todavía sostenía que fueron las características las que hicieron grande a Roma y que fueron las mismas las que causaron su decadencia; Por ejemplo, Roma se hizo grande por su poderío militar, pues conquistó toda Italia, derrotó a Cartago en las guerras de Púnica, Griega, Hispania, Asia Menor, Galia, Egipcia, pero la lucha entre los generales gana y después ambos son asesinados. Las guerras entre Octavio y Marco Antonio comenzaron a disolver la República, sin contar los continuos levantamientos que siguieron a la decadencia de los Césares, Flavios y Antoninos, pues cada ejército levantaba un emperador y si no cumplía con el total pago que le había prometido, le cortaban el cuello.
Creía que el gobierno democrático debe basarse en la virtud, especialmente la virtud cívica, el amor a la patria, el sentido de la igualdad y la necesidad del ciudadano de cierta frugalidad, visión que compartía y que obtuvo del estudio de la antigua Esparta y Roma.
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