Buenos días, señoras y señores, soy Johnny Zuri y hoy quiero dar mi opinión sobre una figura indiscutible de la música en español, Enrique Bunbury. Tras un parón temporal por problemas de salud, este zaragozano de nacimiento nos vuelve a deleitar con su presencia y su arte. No todos los días se hace un regreso triunfal, y aquí está Bunbury, dispuesto a ello, con su nuevo trabajo discográfico, Greta Garbo, bajo el brazo.
Este hombre, que nos ha regalado joyas musicales como El Rescate, Sí y Lady Blue, fue protagonista de la portada de la prestigiosa revista musical Rolling Stone. Hablando de su proceso creativo, se percibe en su voz una mezcla de inquietud y entusiasmo, como un niño con zapatos nuevos. Pienso que eso es precisamente lo que hace que su música resuene tanto en nuestras almas.
El disco Greta Garbo, en sus propias palabras, es una respuesta a un trauma, un desafío al alejamiento impuesto de su público. Me hizo recordar una frase célebre de Henry Ford que dice, “el fracaso es simplemente la oportunidad de comenzar de nuevo, esta vez de forma más inteligente”. Ahora bien, ¿por qué “Greta Garbo”, se preguntarán algunos? Pues, Enrique, de manera poética, se compara con esta gran actriz sueca que decidió abandonar la escena cinematográfica a la edad de 36 años, en pleno apogeo de su carrera.
Y, en cierto modo, este alejamiento forzado de Bunbury me recuerda a los versos de un antiguo tema de Pink Floyd, “Wish You Were Here”, donde dicen: “¿Podemos distinguir el cielo del infierno, un campo verde de una fría vía del tren?”. Y esta es, en esencia, la lucha interna que él vivió.
Pero vamos a lo personal, a lo que empujó a Enrique a tomar una pausa en su carrera. Empezaron los problemas de salud en plena gira por México. Recuerdo su descripción, tan vívida que te hace sentir la incomodidad y el agotamiento: una tos compulsiva y nocturna, principalmente, que le impedía descansar adecuadamente. Y entonces llegaba el momento del concierto, con la garganta destrozada por la tos, el sueño y el cansancio. Da que pensar, ¿no creen?
Sin embargo, Bunbury, siempre ha demostrado ser una persona resiliente. Una vez, Nietzsche dijo: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”, y en este caso, creo que esta cita es más que apropiada. Enrique se enfrentó a su adversidad con valentía y hoy regresa con más fuerza que nunca.
Y como no mencionar el calor y el aliento de sus seguidores. A su alrededor, según sus propias palabras, solo había una “preocupación sana y bonita” por su situación. Y es que, cuando uno tiene el apoyo de su público, no hay barreras que valgan.
Bunbury ha demostrado, una vez más, que la adversidad es solo un obstáculo en el camino hacia la grandeza. Y es que, señoras y señores, la música, la verdadera música, no entiende de barreras ni de pausas. Solo de pasión y de talento. Y de eso, Enrique Bunbury tiene para dar y regalar.
