Arquitectura de madera en Canadá: arte, naturaleza y futuro
Waterhouse y la nueva era de la arquitectura de madera en Canadá
La casa que respira con el bosque y redefine la construcción en madera
Estamos en octubre de 2025, en Sutton, Quebec.
La arquitectura de madera en Canadá ha dejado de ser un gesto nostálgico para convertirse en una declaración de principios: respeto, técnica y belleza pueden convivir bajo un mismo techo. La casa Waterhouse, diseñada por Oyama y Julia Manaças Architecte, lo demuestra con un lenguaje que parece más nacido del bosque que impuesto sobre él.
Origen: Dezeen Debate features a «well-conceived long range plan for the investment»
Cuando la arquitectura decide callar y escuchar
Hay casas que hablan, y otras que escuchan. Waterhouse pertenece a las segundas. No compite con el paisaje: se disuelve en él. Desde la distancia, sus volúmenes de madera parecen fragmentos de una cabaña ancestral. Pero al acercarse, uno descubre un conjunto calculado al milímetro: tres cuerpos —el Atelier, el Great Room y la Tower— conectados por espacios intermedios que huelen a resina y silencio.
Los arquitectos de Montreal, Oyama y Julia Manaças, se propusieron algo casi poético: diseñar una vivienda que se comportara como un organismo más del bosque. En vez de levantar un muro entre la vida humana y la natural, prefirieron entretejerlas. El resultado no es una casa en el bosque, sino una casa que es bosque.
“Las formas son una invitación a deambular, dentro y fuera de la casa, aprovechando todo lo que ofrece el terreno”, explican los autores.
Y no exageran. Aquí la arquitectura no delimita: acompaña.
Tres cuerpos y un alma de cedro
La primera impresión al llegar es casi cinematográfica. Desde la carretera, lo que se ve es una fachada ciega, una especie de muro silencioso que oculta el resto. Es el Atelier, un volumen cuadrado y cerrado donde se guardan herramientas, bicicletas y el coche. Pero esa pared muda es una introducción perfecta al discurso del conjunto: la casa no se muestra de golpe, se deja descubrir.
Unos pasos más allá aparece el Great Room, el corazón del hogar. Allí todo es apertura. Una gran pared de vidrio orientada al sur deja entrar la luz como si el sol fuera un huésped cotidiano. Cocina, comedor y sala comparten espacio, y una chimenea —oculta dentro de una gruesa pared técnica— marca el límite entre lo público y lo íntimo. Al otro lado, la suite principal se abre hacia una terraza de madera desde la que se domina el estanque y las colinas.
El tercer volumen, la Tower, es el más intrigante. Tres pisos, cada uno con una habitación de invitados. En el último, una pasarela conecta con la cubierta verde del Great Room. Desde allí se ve todo: el estanque, los helechos, los montes verdes. Una casa que se sube a sí misma para mirar el paisaje desde lo alto.
“Cuerpos extraños con ropa familiar”
Así definen los arquitectos el resultado final: “strange bodies in familiar clothing”. Cada volumen tiene personalidad propia, pero los tres comparten la misma piel: tejas de cedro que envejecen con el tiempo y se funden con el entorno. La madera aquí no es un decorado: es estructura, es lenguaje, es memoria.
El interior, en cambio, se viste de roble claro, con paneles que prolongan la textura exterior y llenan los pasillos de una luz cálida, casi líquida. Todo parece pensado para invitar al movimiento. No hay recorridos lineales; la casa se recorre como un bosque, con pequeñas sorpresas detrás de cada puerta.
“El espacio de transición organiza el movimiento sin imponer una secuencia rígida”, dice el equipo.
En otras palabras: no hay jerarquías, solo fluidez. Como en la naturaleza.
Canadá, laboratorio de madera y frío
Hablar de arquitectura de madera en Canadá es hablar de una tradición que se reinventa constantemente. Desde las cabañas inuit hasta los grandes proyectos urbanos en Vancouver o Montreal, el país ha hecho de la madera su emblema y su herramienta de futuro.
La casa Waterhouse no es una excepción: es parte de una tendencia más amplia que une técnica y emoción. Los estudios canadienses han comprendido algo esencial: la madera no es solo un material, sino una forma de pensar.
Proyecto Estudio Ubicación Particularidad Waterhouse Oyama + Julia Manaças Sutton, Quebec Tres volúmenes interconectados, piel de cedro Stone House LAMAS Quebec Casa lineal de piedra natural Lake Retreat Naturehumaine Laurentides Refugio discreto, madera blanca y vidrio Brock Commons Tallwood Acton Ostry Architects Vancouver Residencia universitaria en madera maciza (53 m) Cada uno de estos proyectos demuestra que el futuro canadiense se escribe en madera, y que su versatilidad permite tanto el minimalismo rural como la verticalidad urbana.
Cuando la arquitectura aprende del frío
Construir en Canadá es un ejercicio de humildad frente al clima. La nieve, la humedad y las variaciones térmicas extremas obligan a los arquitectos a pensar con precisión de relojero. Waterhouse resuelve ese reto con sistemas pasivos: orientación sur, aislamiento natural, techos inclinados que recogen el agua y una piel ventilada de tejas que respira.
Pero más allá de la técnica, hay una actitud casi espiritual. Esta casa no busca imponerse sobre la naturaleza, sino dialogar con ella. Cada ángulo parece calibrado para enmarcar una vista: el estanque, las montañas, la espesura. En días nublados, el interior se vuelve cálido y dorado; en invierno, la nieve cubre los tejados y la casa parece desaparecer.
By Johnny Zuri
A veces la verdadera modernidad no está en la forma, sino en la renuncia. En aceptar que menos diseño puede ser más humanidad.
Un taller, una sala y una torre: anatomía de un pensamiento
Los tres volúmenes de Waterhouse podrían ser metáforas de la vida. El Atelier representa el hacer, el trabajo; el Great Room, la convivencia; y la Tower, la contemplación. Juntos forman una secuencia que resume la aspiración humana: crear, compartir, mirar.
No es casualidad que los arquitectos hayan partido de una masa unificada para luego fragmentarla. Ese gesto —dividir para comprender— es profundamente canadiense. Es la misma lógica que estructura el territorio: vasto, diverso, imposible de abarcar de una sola mirada.
Entre la nostalgia y la vanguardia
En un país que fue construido a golpe de madera, el retorno a este material tiene algo de redención. Pero Waterhouse evita el cliché de la cabaña rústica. Su modernidad está en los detalles: uniones precisas, geometrías limpias, techos que parecen flotar.
Y, sin embargo, algo en ella evoca lo primitivo. Quizá porque está hecha del mismo material con el que se encendían las primeras hogueras. Quizá porque recordar que la madera arde también nos recuerda que estamos vivos.
“No es una casa para mirar, sino para habitar despacio.”
El eco internacional: del bosque al debate global
Mientras en Sutton se terminaban los últimos detalles de Waterhouse, en Europa otra historia arquitectónica ocupaba titulares: el Village de los Juegos Olímpicos de Invierno de Milán 2026, diseñado por SOM, también en madera masiva. Seis edificios residenciales que, después de los Juegos, se transformarán en viviendas estudiantiles.
Las opiniones se dividieron: unos lo vieron como un proyecto sin alma; otros, como un ejemplo de planificación responsable. Pero lo cierto es que ambos —el Athletes’ Village y Waterhouse— comparten algo más que el material: una idea de arquitectura reutilizable, adaptable, humana.
Porque la madera, al final, enseña lo que el hormigón olvida: que todo puede volver a empezar.
Qué nos enseña Canadá sobre la madera
Canadá se ha convertido en el laboratorio natural de una nueva arquitectura: eficiente, emocional y libre.
El país ha demostrado que construir en madera no es un gesto romántico, sino una estrategia de inteligencia ambiental y cultural. Donde otros ven limitaciones, los canadienses ven oportunidades: estructuras más ligeras, ritmos más humanos, y una relación más directa con el entorno.
Y mientras el mundo discute si la madera puede reemplazar al acero, Waterhouse responde sin palabras: basta con mirarla al amanecer, cuando el sol roza las tejas y el aire huele a savia.
By Johnny Zuri
Quizá el futuro no sea de cristal ni de titanio. Quizá el futuro tenga el tacto rugoso de una tabla de cedro y suene a viento entre ramas.
Lo que queda después del asombro
Hay proyectos que buscan deslumbrar, y otros que simplemente buscan sentido. Waterhouse pertenece a los segundos. Su belleza no está en el espectáculo, sino en la coherencia. No hay ornamentos ni artificios, solo una conversación paciente entre arquitectura y paisaje.
La madera, una vez más, demuestra ser el lenguaje más antiguo y más contemporáneo a la vez. Y Canadá, con su mezcla de tradición y riesgo, se consolida como su mejor narrador.
FAQ: Arquitectura de madera en Canadá
¿Por qué la madera es tan importante en la arquitectura canadiense?
Porque es abundante, resistente al clima y forma parte del ADN cultural del país. Además, permite construcciones más cálidas y eficientes.
¿Qué materiales se usaron en la casa Waterhouse?
Principalmente tejas de cedro en el exterior y paneles de roble en el interior. Ambos materiales locales, duraderos y con excelente comportamiento térmico.
¿Quiénes son Oyama y Julia Manaças Architecte?
Dos estudios de Montreal que colaboran bajo el nombre An Architecture Capsule. Su trabajo explora la relación entre forma, paisaje y experiencia humana.
¿Qué diferencia a Waterhouse de otras casas de madera?
Su composición en tres volúmenes independientes que dialogan entre sí y con el entorno, generando una sensación de movimiento y libertad.
¿Se pueden visitar proyectos como Waterhouse?
No está abierta al público, pero puede conocerse a través del portafolio de Alex Lesage, fotógrafo que documentó la obra.
¿Cuál es el futuro de la construcción en madera en Canadá?
Expansivo. Grandes urbes como Vancouver o Toronto están invirtiendo en rascacielos y residencias de madera masiva, combinando innovación técnica y respeto ambiental.
¿Qué simboliza Waterhouse dentro de esa tendencia?
Es el ejemplo perfecto de cómo la arquitectura canadiense combina tradición artesanal y pensamiento contemporáneo. Una casa que mira al futuro sin olvidar el bosque del que nació.
By Johnny Zuri
La arquitectura de madera en Canadá no es nostalgia. Es pura inteligencia natural.
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