Manuel Longares: El escritor que construye sus novelas en la intimidad.
En la década de los 60, en el Madrid franquista, la escritura en los cafés era una práctica común entre los autores, que se reunían en tertulias literarias para mostrar su actitud intelectual. Entre ellos, se encontraba el joven Manuel Longares, quien se sumó a la costumbre de escribir a la vista de sus colegas. Sin embargo, pronto descubrió que esta práctica no era más que una forma de ligar y decidió escribir en la intimidad de su hogar.
En la actualidad, Longares construye sus novelas en su propia habitación, sentado frente a su ordenador, instalado en una pequeña mesita junto a la cama. No necesita una habitación propia ni un espacio específico en su casa, le basta con su portátil y una pequeña biblioteca con libros de gramática y diccionarios de la lengua. Allí, se sienta a escribir a las ocho de la mañana y deja su trabajo tres horas después.
Longares asegura que su proceso creativo se basa en una atmósfera y una frase inicial que va alargando, retorciendo y reescribiendo hasta alcanzar el punto final. Para él, la atmósfera es algo que surge del interior, una manifestación por escrito de su propia personalidad. Nunca traiciona su ritmillo interno y jamás escribe al dictado de lo que dice un editor.
A pesar de que dedica solo 15 minutos de sus tres horas de trabajo diarias a una iluminación absoluta que le permite generar un párrafo que roza la perfección, el resto del día piensa en la novela de manera pasiva, más como una molestia que como una alegría. Sin embargo, esta forma de pensar le ha permitido construir obras literarias de gran calidad.
Longares ha aprendido de sus errores, después de publicar dos novelas experimentales, escribió una tercera de corte realista para complacer a su editor, pero nadie la quiso comprar. Juró que nunca volvería a venderse a las tendencias del mercado y hoy aconseja a los jóvenes escritores que nunca escriban al dictado de un editor, ya que solo se consigue enamorar a los lectores cuando se muestra uno de verdad.
Manuel Longares es un escritor que trabaja en la intimidad de su hogar, construye sus novelas a su propio ritmo y nunca traiciona su forma de pensar y escribir. Su obra es una manifestación de su propia personalidad y es un ejemplo para los jóvenes escritores que buscan su camino en el mundo literario.
